
La organización de consumidores y usuarios (OCU) ha realizado un estudio analizando la calidad del aire en las piscinas cubiertas y el resultado nos muestra que en su mayoría se detecta la presencia de cloro gas en el ambiente provocado por la evaporación del cloro, lo que genera el olor intenso clásico de las piscinas con la consiguiente molestia en los usuarios y un alto nivel de trihalometanos en el aire que surgen de la reacción del cloro y la materia orgánica del agua llegando a producir molestias en la piel, vías respiratorias y ojos. Dicho esto se recomienda una mejor ventilación y climatización de las piscinas y así reducir el nivel de humedad del ambiente y de la concentración de los elementos anteriormente citados. Ahí va eso.
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