El club natación Benicarló se desangra y agoniza tras ochenta semanas con las instalaciones cerradas. Las autoridades locales esperan que a primeros del año 2022 se reabran, una fecha muy lejana y que puede ser la estocada final para un club histórico en una ciudad que siempre ha sido puntera en cuanto a instalaciones deportivas. Una auténtica pena. En la foto, una de las manifestaciones o concentraciones pidiendo que se les escuche. Para llorar.
Sinceramente, estamos en un deporte que pende siempre de un hilo. Salvo los grandes clubes que siempre van a tener la ventaja de que nadie les puede soplar la oreja porque disponen de instalaciones propias, en los demás casos, la mayoría, tenemos que estar a lo que disponga la corporación municipal de turno que, hablando en plata, si el concejal responsable de la instalación es un auténtico patán e incompetente, pues a pechugar con lo que hay. Dicho esto, la comunidad que aglutinamos los deportes acuáticos, que somos todos los que seguimos este blog, asistimos con una pasmosa pasividad a la complicada situación que el C.N Benicarló está pasando. En otros tiempos lo pasaron también el Godella o el Vinaròs que tuvo una época tempestuosa con la gestora de la piscina donde realizaban sus entrenamientos, y otros clubs más que apenas llego a recordar. Y mientras, la federación que también asiste a la caída en desgracia de unos de sus queridísimos clubs, lo hace sentada en butaca de primera fila pero mirando la película que ponen en la otra sala. Porque ya tiene suficiente en mantener sus privilegios (si es que tiene alguno) delante de la administración que es la responsable de hacerle llegar el oxígeno necesario (el dinero) para su supervivencia, en vez de ponderarse como salvaguarda, padre y proteccionista de uno de sus clubs caídos en desgracia, heridos. La solución se presenta complicada pero no imposible y más si no se incide de forma directa hacia el las altas esferas políticas que son los encargados de gestionar toda nuestra sociedad y donde se pueden ejercer las presiones correspondientes para que la natación en la Comunidad Valenciana tenga la categoría que le corresponda, sea el ayuntamiento que sea y sea el partido que gobierne el que sea. La natación es uno de los deportes más duros y sacrificados que existe y la necesidad de conformar normas y reglas que protega esta práctica está en manos de toda la comunidad acuática, clubs y federación. Si no vamos todos a una es muy probable que lo que le está ocurriendo al Benicarló vuelva a pasar con alguno otro.
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